El hidrógeno es una pieza clave en la transición hacia una energía más limpia. Su capacidad para almacenar y transportar energía lo convierte en una solución prometedora. A nivel global, las naciones buscan alternativas a los combustibles fósiles, siendo China quien lidera la adopción de este elemento como recurso.
En esta oportunidad, queremos destacar cinco mitos sobre este recurso y analizar el papel de China en el desarrollo de esta tecnología.
No podemos resolver los problemas usando el mismo tipo de pensamiento que usamos cuando los creamos.
Albert Einstein
1. Mito: El hidrógeno no es renovable
Aunque algunas formas de producir hidrógeno utilizan combustibles fósiles, no todo el resultado es contaminante, aquí tenemos que diferenciar entre un estado gris, azul y verde.
El hidrógeno gris, generado con gas natural, contribuye a las emisiones de carbono. Sin embargo, el azul captura y almacena el carbono liberado, mitigando su impacto ambiental. El verde es el más sostenible. Se obtiene mediante electrólisis, usando energía solar o eólica. Este proceso no emite gases contaminantes.
En China, su producción está en auge gracias a importantes inversiones. El país lidera la creación de infraestructuras para hidrógeno verde, marcando un cambio hacia una energía más limpia.
2. Mito: La tecnología es muy costosa
Muchos piensan que el uso de esta tecnología es costosa y no viable. Sin embargo, los avances recientes están reduciendo costos. China invierte en tecnologías como electrolizadores más eficientes y estaciones de hidrógeno.
El hidrógeno verde ha bajado sus costos en un 60% en los últimos cinco años. Esto es posible gracias al aumento de producción y a políticas favorables. China apoya proyectos de implementación con incentivos y regulaciones claras. La apuesta por esta tecnología está transformando la economía del sector energético.
3. Mito: Usar hidrógeno es peligroso
La inflamabilidad del hidrógeno ha generado miedo sobre su uso. Sin embargo, todos los combustibles tienen riesgos si no se manejan bien.
China desarrolla sistemas avanzados para garantizar la seguridad en el manejo de este elemento. Sus tanques de almacenamiento son considerados resistentes y sometidos a pruebas rigurosas. Además, la infraestructura de transporte incluye sensores que detectan problemas a tiempo.
Con estas medidas, se entiende que el manejo es seguro y confiable. Su adopción masiva está respaldada por estrictos protocolos que reducen riesgos.
4. Mito: Solo sirve para vehículos
Aunque los autos impulsados por hidrógeno son populares, su uso no se limita al transporte. Este recurso es versátil y tiene aplicaciones en varios sectores.
En China, el hidrógeno impulsa trenes, barcos e incluso sistemas eléctricos. También se usa en procesos industriales, como la producción de acero sin emisiones de carbono. Esto demuestra que su utilidad va mucho más allá de los automóviles.
El hidrógeno también actúa como una batería gigante. Puede almacenar energía renovable cuando no se usa de inmediato y liberarla cuando es necesaria. Este sistema ayuda a equilibrar la oferta y demanda energética.
5. Mito: No tiene impacto ambiental positivo
Algunos dudan de los beneficios del hidrógeno para el medio ambiente. Esto puede deberse al uso del hidrógeno gris en el pasado.
El hidrógeno verde cambia esta percepción. No emite dióxido de carbono durante su producción ni uso. En China, se combina con energía solar y eólica para evitar emisiones. Esto refuerza su papel como aliado en la lucha contra el cambio climático.
Además, el hidrógeno ayuda a descarbonizar industrias difíciles de electrificar, como la aviación y el transporte marítimo. Su implementación masiva reduce la dependencia de combustibles fósiles y acelera la transición energética global.
El futuro pertenece a quienes creen en la belleza de sus sueños.
Eleanor Roosevelt
Es clave para un futuro más sostenible
Su versatilidad y beneficios lo posicionan como una solución importante para reducir emisiones. Aunque existen mitos que cuestionan su viabilidad, los avances en países como China desmienten estas creencias.
China lidera con inversiones, tecnología y políticas que impulsan el uso del hidrógeno. Su compromiso demuestra que esta tecnología es más que una promesa: es una realidad en transformación.